Ballenas
La ballena franca del norte particularmente afectada por el atrapamiento y de la cual sólo quedan 500 animales se encuentra en peligro de extinción. Cuatro especies de ballenas, que también figuran en los apéndices de la CMS y son vulnerables son la ballena jorobada, el rorcual común, la ballena azul y el rorcual de Bryde. En algunas poblaciones, hasta el 65 por ciento de los animales muestran signos de haber quedado atrapados en desechos marinos en el pasado. Se estima que perece una media del 23 por ciento de la población de animales atrapados. En los cachalotes, la ingestión produce el aplastamiento de los intestinos, con la consecuencia de muerte. Las ballenas dentadas suelen ingerir desechos mientras juegan, exploran o se alimentan. Se conocen casos de delfines mulares y cachalotes asfixiados tras ingerir redes de pesca.
Focas
Se considera que el uno por ciento de las focas, incluidas la foca común y la foca gris, quedan atrapadas, con una tasa media de mortalidad de cerca del 50 por ciento. Se ha encontrado plástico en los estómagos del 11 por ciento de las focas del mar del norte. Las focas grises del Báltico presentaban un alto contenido de PCB, productos industriales o químicos en su organismo, lo cual daña la función inmunitaria y se sospecha que originó la mortandad masiva por un virus en los años ochenta.
Dugongos y manatíes
Una cuarta parte de los dugongos de Australia que resultaron atrapados en redes o maromas murieron como consecuencia de ello. El manatí de África occidental y el manatí del Amazonas también se ven afectados.
Tortugas
La ingestión de plásticos puede bloquear los intestinos de las tortugas provocando su muerte por inanición. Se calcula que el veinticinco por ciento de las tortugas marinas de las islas Canarias pudo morir como consecuencia de quedar atrapadas. Una cuarta parte de las mismas mostraba una o dos de sus aletas seccionadas. Un anzuelo de pesca incrustado en la mandíbula produce infección y el consiguiente absceso que puede desembocar en la pérdida de dientes.
Aves marinas
Un estómago lleno de plástico impide a las aves acumular la grasa necesaria para cruzar el mar o el desierto. La proporción de pollos de albatros de Laysan que ingieren plástico es del 97 por ciento. Este hecho aumenta las amenazas para la supervivencia de las aves marinas migratorias. Los petreles conservan el plástico en sus estómagos durante meses, acumulándose en sus organismos.
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