La condición natural de los animales es para vivir en libertad, pero los circos y los zoológicos los condenan a una vida de confinamiento y les obliga, en el caso del primero, a realizar ridículos actos para entretener a un público, que ignora o no le importa su sufrimiento. En ambos casos, los animales pasan la mayor parte del tiempo encerrados en espacios reducidos, solos; en los circos además están encadenados entre camiones y jaulas y soportan largos trasladados de ciudad en ciudad.
Lo que ven los niños y jóvenes en escena es el resultado de un adiestramiento estricto en el que se les obliga por medio de la privación del agua, alimentos y la violencia a obedecer, aunque los entrenadores argumenten que los métodos han cambiado.
En Febrero de este año, el circo Atayde Hermanos se presentó en Zapopan SIN ANIMALES, ya que es uno de los municipios que lo prohiben, pero que según su administrador, Héctor Frías, les significó una pérdida del 60% en sus ingresos porque el público lo que quiere ver en el escenario es a los elefantes, leones, caballos, etc.
Y agregó que a pesar de la pérdida de ganancias y a las restricciones legales, el circo no piensa cambiar la línea de su show.
“Hicimos un censo y la gente está a favor de los circos con animales”, afirma otro de los administradores, “es una tradición, aparte que es cultura”.
Tristemente esta afirmación contiene algo de verdad, no porque sea una tradición y mucho menos porque sea parte de nuestra cultura, sino porque mucha gente lo concibe así o si no, estoy segura que la gente dejaría de asistir definitivamente a este tipo de representaciones.
Entiendo que esto no es algo que se puede compensar sólo estableciendo legislaciones. Lo que tenemos que hacer en nuestras casas, con nuestra familia, en las escuelas, es trabajar en la sensibilización de los niños, en crearles empatía por la situación de los animales. Hay que hacerles entender que un circo con animales lo único que puede enseñar es a maltratarlos y a humillarlos.
Que detrás de estos espectáculos no hay más que falta de respeto a la naturaleza y lo único que enseña es a ignorar los sentimientos, necesidades y derechos de otros seres vivos. Cuando en el 2013 se rescató a la leona “Morelia” del Circo Daniel Atayde, no sólo tenía laceraciones en la piel, desnutrición y deshidratación graves, sino que se comprobó que la atrofia que tenía en su pata derecha fue causada por la extracción que hicieron de sus garras con uno de los métodos más arcaicos y crueles que existen en tortura animal. Es decir, le dieron un garrotazo en sus patas para que se le adormecieran un poco y le arrancaron sus garras con unas pinzas.
Lo que nos toca, es mostrarles que actualmente contamos con innumerables alternativas de entretenimiento para toda la familia, que no implican la explotación y el sufrimiento de seres que poseen la capacidad de sentir dolor, miedo y estrés como nosotros, como ellos y en cambio, sí ofrecen la oportunidad del crecimiento y profesionalización de exhibiciones en donde el actor principal es el ser humano.
Según AnimaNaturalis “un circo sin animales genera más plazas de empleo e incita a los artistas a crear y transformar su mente hacia un espectáculo más creativo y libre de crueldad, lleno de talento y ejemplo para que los niños aprendan desde pequeños que el entretenimiento humano no tiene por qué causar dolor animal”.
Tú pagas… ellos sufren. No asistas a circos con animales!!!!!